Un elemento fundamental para nuestras salidas a la montaña es sin lugar a duda nuestra mochila. En este artículo os hablaremos sobre dos aspectos fundamentales que deberéis de tener en cuenta sobre vuestras mochilas. Estos aspectos son el ajuste y la preparación de la mochila.
Pero antes de profundizar en ellos vamos a hablar un poco sobre sus generalidades, partes y características fundamentales.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. GENERALIDADES Y CARACTERISTICAS DE LAS MOCHILAS
¿Cómo elegir la mochila? Algunos datos a tener en cuenta para escoger tu mochila:
Lo primero que deberías de tener en cuenta a la hora de escoger tu mochila es el tipo de actividad que vas a realizar. No es lo mismo una ruta de 3-4 horas que realizar un trek de varios días. Para actividades de un día te servirá con una mochila de 20-30l. Asegúrate de escoger el tamaño correcto para cada actividad ya que, una mochila de mayor o menor volumen del adecuado nos creará incomodidad durante nuestra actividad.
El segundo aspecto a tener en cuenta es que, actualmente en el mercado existen mochilas específicas para hombres y para mujeres. Al igual que existen mochilas en función del sexo, también existen diferentes tallas o sistemas de ajuste en función de la altura de la persona.
Es muy recomendable que la mochila tenga seta con bolsillo así podemos tener cosas de uso constante más a mano y, si tiene bolsillo interior para guardar documentos u objetos importantes como la cartera, la llave del coche, etc mucho mejor.
Algo que agradeceremos bastante, sobre todo si utilizamos mochilas de gran volumen es que cuenten con aperturas laterales o de acceso rápido al interior de la mochila.
En nuestras actividades debemos de procurar que todo lo que llevamos vaya en el interior de la mochila, evitando llevar cosas por fuera o colgando de ella. Así evitaremos enganchones, perdidas y/o roturas. Habrá ocasiones en las que no nos quedará más opción que llevar ropa o material por el exterior, asique nuestra mochila deberá de contar con correas de sujeción lateral.
Estas correas laterales no solamente nos permitirán poder fijar cosas en el exterior de nuestra mochila si no que, también, nos facilitarán poder comprimir el volumen de nuestra mochila para que el contenido interior se compacte y quede más estable.
2. PARTES DE UNA MOCHILA
3. PREPARACIÓN DE LA MOCHILA
Una vez decidida la actividad que vayamos a realizar, el material total que vamos a llevar y una mochila acorde, pasaremos a guardarlo en nuestra mochila.
Dividiremos la mochila en 4 zonas en las que repartiremos el distinto material:
Parte intermedia (zona espalda): Las cosas más pesadas y de necesidad ocasional como la tienda (si no tienes espacio suficiente puede ir en el exterior), los utensilios de cocina, material de escalada, etc.
Parte inferior: En esta parte debemos poner las cosas más ligeras como es el saco de dormir, el segundo calzado, ropa de recambio o incluso cuerdas.
Parte intermedia (alejada de la espalda): Aquí pondremos cosas ligeras y de necesidad ocasional, como la ropa, en el caso que no nos quepa en la parte inferior, la comida más frágil, o elementos que no puedan ser apretados.
Parte superior y/o bolsillos complementarios: Aquí guardaremos las cosas que vayamos a utilizar con mayor frecuencia como pueden ser ropa de abrigo, comida de picotear, el mapa, crema de sol, …
Algunas recomendaciones a la hora de preparar tu mochila:
Evita las mochilas grandes, ya que siempre tenderás a meter más cosas debido a tener mayor espacio.
Evita el “por si acaso”. Consecuencia de una mochila muy grande
Utiliza las dragoneras para descansar los pulgares y trasferir peso a los hombros. Las dragoneras son esas correas que normalmente se utilizan para colgar la cámara de fotos, mosquetones, etc
Hay algunos modelos que llevan la espalda arqueada con diferentes sistemas para conseguir que haya circulación del aire entre la mochila y nuestra espalda y evitar que el sudor nos empape.
Revista tu material antes de cada salida para cerciorarte de que está en buen estado.
Lleva todas las cosas dentro de bolsas de plástico o en fundas estancas para evitar que en caso de lluvia se mojen o con el propio sudor generado por nuestro cuerpo.
Si no estás acostumbrado al peso o mochilas grandes, vete familiarizándote poco a poco aumentando el peso en tus salidas.
Cuando lleves mochilas pesadas utiliza bastones, te ayudarán a repartir la carga y a descargar tus articulaciones.
Comprime la carga con las cintas laterales para que no haya movimientos del peso en el interior de la mochila y que pueda favorecer el desequilibrio al caminar.
Ajustando bien la mochila evitarás erosiones cutáneas.
4. AJUSTE DE LA MOCHILA
Como comentábamos al comienzo del post, recuerda que hay gran variedad de mochilas, así como tallas y mochilas diseñadas para hombros y mujeres para poder adaptarse a su fisionomía y garantizar un buen ajuste.
Una vez tengamos preparada correctamente nuestra mochila procederemos a su ajuste para que no nos presente ningún inconveniente a lo largo de la actividad.
Cómo regular la mochila:
Antes de colocarnos la mochila abriremos todas las correas que tiene para poder adaptarla a nuestras medidas.
Una vez que tenemos cargada la mochila a la espalda, la cruz formada por el inicio de las hombreras debe estar a la altura de los omoplatos (entre 5 y 7 centímetros de la cruz del cuello).
Ajustar el cinturón lumbar haciéndole corresponder la parte superior de la pelvis, tensándole hasta que notemos contacto a lo largo de todo el contorno de la cintura. Para comprobar que está bien ajustada puedes quitar tensión de las cintas de los hombros y ver que toda la mochila cae sobre el cinturón lumbar.
Tensar las hombreras hasta notar que existe contacto en toda la zona del pecho, hombros y, preferiblemente, en el inicio de la espalda.
Tensar el cinto del pecho para que no haya oscilaciones de la mochila.
Tensar los ajustes laterales del cinturón hasta que no exista balanceo de la carga.
Regular los tensores cenitales.
El cinturón lumbar es el encargado de absorber en torno al 70 - 80% del peso total de la cargar de la mochila. Tiene que cargar sobre las caderas. El otro 20 - 30% recae sobre nuestros hombros que transmitirán este peso hacia la columna.
Hay fabricantes que incorporan cierta movilidad al cinturón lumbar de sus mochilas para que se adapte a la biomecánica del movimiento mientras caminamos, favoreciendo la transmisión de las cargas hacia cada pierna ya que son el grupo muscular más grande de nuestro cuerpo.
5. DURANTE LA MARCHA
Ya tenemos preparada y ajustada nuestra mochila. Durante la actividad y, sobre todo si la mochila es pesada, nuestro centro de gravedad se trasladará un poco hacia atrás y hacia arriba, por lo que involuntariamente inclinaremos nuestro tronco hacia delante para compensar este desplazamiento del centro de gravedad y conseguir mantenerlo centrado entre nuestros pies. Para compensar este desplazamiento del entro de gravedad que hablamos, lo corregiremos mediante los tensores superiores de las hombreras.
En bajada deberás de ajustar los tensores cenitales para que la mochila quede pegada al cuerpo mientras que en subida deberás de soltarlos para que la mochila quede un poco desplazada hacia detrás.
Al llevar mochilas de gran tamaño y/o pesadas deberás de tener en cuenta que nos obligará a aumentar el esfuerzo necesario a la hora de desplazarnos. Deberás ser previsor tanto con la comida y bebida que llevarás además de conseguir una buena preparación y ajuste de tu mochila.
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