Con la llegada del buen tiempo las ganas y salidas a la montaña se incrementan, pero no por ello deberíamos relajarnos en cuanto a la planificación y preparación.
Más horas de luz, temperaturas más agradables, más gente por el campo y un largo etcétera de ventajas aparecen con la llegada del buen tiempo, pero no debemos olvidar que al mismo tiempo el calor es mayor, así como los sitios donde recoger agua disminuyen, el riesgo de quemarnos o de sufrir un golpe de calor o una deshidratación aumenta, las probabilidades de que haya tormentas es mayor, por lo que no deberemos de descuidar nuestra planificación.
Aquí tienes algunas recomendaciones:
Si es posible no vayas solo. Exceptuando los fines de semana cuesta encontrar compañeros de entrenamiento para el resto de días, por lo que si finamente optas por ir solo, recuerda avisar a alguien de a dónde vas, qué vas a hacer y cuál es el horario previsto. Además, existen un montón de aplicaciones móviles como son Alpify, My112 o dispositivos como el Spot o el Garmin InReach SE, con los que podremos dar aviso rápidamente en caso de necesitar ayuda.
Trata de madrugar para evitar las horas de mayor calor. Es verdad que cada día va habiendo más horas de luz y podemos alargar nuestras jornadas por el campo sin miedo a que se nos haga de noche, pero en la medida de lo posible trata de madrugar para poder comenzar tu actividad pronto, evitando así las horas de mayor temperatura al mismo tiempo que disfrutas de la frescura del amanecer, con lo que el cansancio tardará mucho más en aparecer y podrás disfrutar mucho más.
No te olvides de la crema y llevar agua de sobra. Algo que muchas veces no hacemos por querer comenzar unos minutos antes la actividad y que sin duda, luego nos va a pasar bastante factura. Acostúmbrate a echarte crema de protección solar y labial, no solamente al comienzo sino también durante el transcurso de la actividad. Tu piel te lo agradecerá al final del día pero sobretodo a largo plazo previniendo los efectos nocivos de la radiación solar. Igual de importante es que calculemos cuánta agua vamos a necesitar durante la actividad, debido a que con temperaturas altas nuestro organismo tiene una demanda mayor para poder termoregularse adecuadamente y evitar así la deshidratación, los calambres musculares y los golpes de calor.
Deja dicho dónde vas y a qué hora tienes previsto llegar. Independientemente de que vayamos con más personas, acostúmbrate siempre a dejar dicho en casa o a algún amigo dónde vas a ir, qué vas a hacer, con quién y un horario aproximado de la actividad, así como números de teléfono de contacto. Así pueden estar más tranquilos y, en caso de que sucediese algo, la localización sería mucho más rápida y eficiente que si no supiesen por dónde empezar a buscar.
Verifica si hay sitios dónde poder coger agua durante la ruta. Puede que durante la zona que vamos a movernos haya alguna fuente, manantial o salto de agua donde normalmente se pueda beber agua, pero tendremos que tener en cuenta si cuando usamos estos lugares es en invierno o en verano ya que, con el incremento de las temperaturas o la escasez de neveros, puede que durante el verano o días muy calurosos estos puntos de agua habituales se encuentren secos.
Mira la meteorología. Aunque haga buen tiempo y reine el calor, no te olvides de que nos encontramos en la montaña y el tiempo puede cambiar de un momento a otro sin avisar. Por eso, mira el boletín meteorológico el día antes y asegúrate de que no haya tormentas o cualquier otro fenómeno meteorólogo que puedan poner en compromiso la actividad. Esto es importante también para poder elegir bien el material y la vestimenta adecuada para las condiciones que nos vamos a encontrar el día de la actividad.
Lleva equipo adecuado a la actividad. En función de la previsión meteorológica para el día de la actividad vamos a elegir una vestimenta u otra. Aunque la previsión sea favorable y nos encontremos en época estival, siempre es recomendable llevar con nosotros un cortavientos, una badana o buff y unos guantes finos, ya que si nos encontramos por terreno montañoso o en altura es fácil que haya vientos que puedan destemplar nuestro cuerpo al estar sudados o en las paradas. No olvides que según vamos ascendiendo, cada 100m de desnivel que ganamos la temperatura desciendo hasta 0'6ºC.
Revisa el itinerario. Si no conocemos la zona o hemos estado hace mucho tiempo, es conveniente revisar los mapas y buscar algo de información antes, para poder evitar perdernos o acabar en otro sitio que no era el que queríamos. Si disponemos de dispositivo gps, bien sea en formato tradicional como en versión móvil, lo ideal es que carguemos en él un track de la ruta para poder ir orientándonos de forma sencilla y con el que poder solventar situaciones de desviaciones de senderos o incluso con mal tiempo.
Busca la sombra. A la hora de elegir una actividad o planificar el itinerario, es importante que evites los lugares de alta montaña carentes de vegetación o de sombras importantes, sino queda más opción, trata de pasar por estas zonas a primera hora del día cuando el sol todavía no tiene fuerzas o al atardecer cuando ya va escondiéndose. Elige preferentemente lugares que transiten por bosques donde estarás más resguardado de las radiaciones solares al mismo tiempo que disfrutas del frescor y la sombra que proporcionan los arboles.
Cúbrete la cabeza. Muy importante que llevemos la cabeza cubierta bien sea con un buff, un sombrero o una gorra, ya que de esta manera evitaremos golpes de calor y conseguiremos mantener fresca la cabeza y como consecuencia el resto del cuerpo.
Utiliza ropa transpirable y de colores claros. Si utilizas ropa transpirable y de colores claros conseguirás que tu cuerpo pueda expulsar el sudor más rápidamente y podrá termoregularse mucho mejor. Las prendas claras, además de absorber menos la radiación solar van a permitirnos ver mucho mejor la presencia indeseable de ácaros como garrapatas mucho mejor que si vamos con ropa de color oscuro.
Paradas. Cuando tengas que hacer paradas, siempre que sea posible hazlas buscando la sombra. Si esto no es posible, reduce el tiempo de parada o poner un cortavientos o chaqueta por encima. Cuando estamos en movimiento nuestro cuerpo termoregula mucho mejor que cuando estamos parados, de esta manera no te quedarás frío debido al sudor generado y el que está acumulado en nuestra ropa y mochila. Evita los cambios bruscos de temperatura.
Esperemos que estas breves recomendaciones te sean de utilidad a la hora de llevar a cabo tus actividades con la llegada del buen tiempo. Si tienes alguna duda o quieres hacer alguna aportación dejanos un comentario.
Si quieres saber más sobre cómo planificar o diseñar tu actividad puedes leer más aquí.
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